Matcha: una breve historia

Publicado el abril 07 2023, Artículo de Luke Alcock

Matcha: una breve historia

Introducción

Matcha, el polvo de té verde vibrante, ha ido ganando popularidad en todo el mundo por su sabor cautivador y numerosos beneficios para la salud. Si bien su presencia en cafés y supermercados puede parecer una tendencia reciente, la historia del matcha está muy arraigada y abarca más de un milenio.

Este artículo profundiza en la fascinante historia del matcha, desde sus humildes comienzos en la antigua China hasta su apreciado estatus en la cultura japonesa.

Los primeros comienzos: China

La historia del matcha se remonta a la dinastía Tang en China, alrededor de los siglos VII al X. Durante este período, el té se consideraba un bien preciado y, a menudo, se reservaba para la élite. Las hojas de té se recolectaban, se cocían al vapor y se comprimían en ladrillos para el transporte y el comercio, que era el método más conveniente en ese momento.

Para preparar una taza de té, se partió un trozo del bloque de té, se pulverizó y se mezcló con agua caliente. Este método temprano de preparación del té sentó las bases para lo que más tarde se convertiría en matcha.

Durante la dinastía Song (960-1279), floreció el cultivo y el consumo de té. Los chinos introdujeron un nuevo método de preparación del té, conocido como "té batido". Las hojas de té se molieron en un polvo fino y se batieron con agua caliente, creando una bebida espumosa que se parecía mucho al matcha moderno. Esta nueva forma de consumir té ganó popularidad e incluso fue celebrada en el famoso "Tratado sobre el té" del emperador Huizong en 1107.

El viaje a Japón

Los orígenes del matcha en Japón se remontan al siglo XII, cuando el monje budista zen Eisai trajo semillas de té de China a la nación insular. Las semillas se plantaron en la región de Kioto y los japoneses comenzaron a cultivar su té. Sin embargo, no fue hasta el período Kamakura (1185-1333) que el matcha, tal como lo conocemos hoy en día, comenzó a tomar forma en Japón.

Eisai, a quien a menudo se le atribuye la popularización del budismo zen en Japón, también influyó en la introducción del concepto de té batido. Escribió el famoso libro "Kissa Yōjōki" (喫茶養生記), que se traduce como "Beber té para la salud", en 1211. El libro ensalzaba los beneficios del té para la salud, particularmente el matcha, y fomentaba su consumo como un medio para promover la salud mental. claridad y longevidad.

Budismo Matcha y Zen

La relación entre el matcha y el budismo zen es inextricable. Los monjes zen adoptaron el ritual de preparar y consumir matcha como una forma de meditación, lo que les ayudó a alcanzar el elevado estado de concentración y atención necesarios para su práctica. La ceremonia del té, conocida como "chado" o "sado" (茶道), se convirtió en parte integral de la vida monástica.

El desarrollo de la ceremonia del té a menudo se atribuye a Murata Jukō (1423-1502), un monje zen que enfatizó los aspectos espirituales del consumo de té. Jukō, considerado el padre de la ceremonia del té japonesa, abogó por el "wabi-sabi", una apreciación de la simplicidad, la modestia y las imperfecciones de la vida, en la práctica. Esta filosofía se convirtió en la piedra angular de la ceremonia del té y sigue siendo su núcleo en la actualidad.

Matcha en la clase de guerrero japonés

Durante los siglos XIV y XV, el consumo de matcha se extendió más allá de los confines del monasterio y entre la clase samurái. Los guerreros, inspirados por los monjes zen, integraron la ceremonia del té en su código de conducta, conocido como "bushido". Los samuráis creían que la práctica del chado les ayudaba a desarrollar disciplina, fortaleza mental y un mayor sentido de conciencia.

Las reuniones de té, o "chanoyu", se convirtieron en una parte esencial de la cultura samurái, brindando a los guerreros la oportunidad de forjar alianzas y demostrar su dominio de la ceremonia del té. Estas reuniones también les permitieron exhibir sus exquisitos utensilios de té, que a menudo se consideraban símbolos de estatus.

La edad de oro del matcha

El siglo XVI marcó un punto de inflexión en la historia del matcha, a menudo denominado su edad de oro. La ceremonia japonesa del té ganó gran popularidad y el matcha se convirtió en un símbolo de lujo y sofisticación. Este período vio el surgimiento de los "grandes maestros del té", como Sen no Rikyū (1522-1591), quien influyó significativamente en el desarrollo de la ceremonia del té.

Rikyū, considerado el maestro del té más venerado en la historia de Japón, introdujo varias innovaciones en la ceremonia del té que todavía se practican en la actualidad. Hizo hincapié en la importancia de la armonía, el respeto, la pureza y la tranquilidad, los cuatro principios del chado. Rikyū también abogó por el uso de utensilios de té rústicos de fabricación local, que se alineaban con la estética wabi-sabi.

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La decadencia y el resurgimiento del matcha

Durante el período Edo (1603-1868), la popularidad del matcha disminuyó cuando los plebeyos comenzaron a preferir el sencha, una forma de té verde más asequible y accesible. Matcha se asoció cada vez más con la élite, y su consumo se limitó principalmente a la aristocracia y la clase samurái.

El resurgimiento moderno del matcha comenzó a fines del siglo XX, cuando sus beneficios para la salud llamaron la atención de la comunidad mundial. Rico en antioxidantes, particularmente catequinas, el matcha se ha relacionado con una variedad de beneficios para la salud, que incluyen una mejor salud cardíaca, un aumento del metabolismo y una reducción de la inflamación.

Además, se cree que la presencia de L-teanina, un aminoácido que se encuentra en el matcha, promueve la relajación y reduce el estrés, alineándose con los principios zen que durante mucho tiempo se han asociado con el consumo de matcha.

Hoy en día, el matcha se disfruta en todo el mundo como un ingrediente versátil en una variedad de aplicaciones culinarias, desde el té tradicional hasta lattes, batidos y productos horneados. Su color verde vibrante, su sabor único y sus numerosos beneficios para la salud han consolidado su condición de superalimento codiciado.

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Conclusión

La historia del matcha es un viaje fascinante que refleja la intrincada relación entre la cultura, la espiritualidad y el arte del té. Desde sus comienzos en la antigua China hasta su evolución en Japón como símbolo del budismo zen y el código de conducta de los samuráis, el matcha ha trascendido el tiempo y las fronteras para convertirse en una bebida querida en todo el mundo.

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Mientras saboreamos cada sorbo de este vibrante té verde, participamos en una tradición centenaria, apreciando la armonía, el respeto, la pureza y la tranquilidad que representa.